20 junio 2009

Las horas

Coge todos tus sueños y mételos en el cajón. Y las metas, los propósitos, los valores y las aspiraciones. Todos, dóblalos suavemente y ve amontonándolos en una pila de amores platónicos, de besos sin dar, de palabras nunca dichas. Todo, todo lo que eres, lo que siempre quisiste ser, enciérralo bajo llave en ese cajón atascado y polvoriento de la mesita del desván que nadie abre. Y esa llave fúndela, rómpela o escóndela en un lugar en el que jamás te atrevas a buscarla. Ese cajón nunca debe volver a abrirse.
Tu vida, tu triste, vacía, exenta de sentido, mustia vida... comienza ahora. Hoy es el primer día de tu larga y asfixiante carrera. Finge buscar la felicidad, finge encontrarla. Finge sentir amor, tener amigos, finge amar a esa persona que cada noche se acuesta al otro lado de la cama. Finge no aspirar a esos sueños que no recuerdas, que están encerrados en un cajón que sólo existe en un rincón de tu locura. Trata de evadir la tentación de buscar la llave, de renacer. Porque si lo haces, si vuelves a entrar en contacto con esas cartas de amor perfumadas, con el elixir de la vida, con el espíritu de la juventud que te robaron, que desterraste a un cajón olvidado, si lo haces... ya nada volverá a tener sentido. Lo que ahora llamas vida se irá torciendo cada vez más oscuro y desalmado, y preferirás la muerte a una existencia que más parece una condena. Eso es, condenado a desfilar por eternos días de cielos grises, añorando las primaveras que no podrás alcanzar jamás.
Sentirás los lazos de la responsabilidad y la cordura coartando tus movimientos, apretando sobre tu cuello, asfixiándote. No escucharás más que el sonido sordo de miles de puertas cerrándose a tu paso, no verás más que el destello de anhelos a los que te ves obligado a renunciar. Y entonces, cuando llegues al filo del precipicio, cuando te encuentres cara a cara con el vacío terrible y devorador y presientas el alma desesperada gritando por abandonar tu cuerpo, entonces... tendrás que decidir. No es sencillo cortar los lazos, no será fácil ver tus raíces agonizando en un mar de sal, pero es el precio por encontrar esa llave, por abrir el cajón en el que aguarda tu única oportunidad.
Está en tu mano.
Vida o muerte.

1 comentario:

Memoria de pez dijo...

esa canción no me gusta! caca!
Seguiré escuchando la de "no expectations"
(es broma, ta bien... pero comparada con la otra...)
Eso si, el post mola, mola mucho. Sigue así y dejanos trocitos de ti por aquí, que siempre gusta disfrutar de poder compartir el interior de una persona con la habilidad que lo haces tú (y léase interior sin connotaciones de ningún tipo sobre vísceras, entrañas o sangre)